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Algunos consejos para la elección de cánticos. 

 

Debería ser tan fácil como pensar: “Si me gustan a mí, y yo soy quién voy a llevar la alabanza, …¡Pues ya estaría chic@s!”.  Pero no es tan fácil como lo que acabamos de expresar.

Si tenemos la oportunidad de hablar con nuestro pastor y saber de antemano el tema del que va a predicar, esto nos ayudará a la hora de escoger los cánticos. Serviría, aunque tampoco es primordial, ya que hay veces que quién predica no tenemos la oportunidad de saber de antemano el tema que va a tocar… lo que está claro es que en ambos casos debemos pedir la guía del Señor mediante la oración en todo lo que tengamos pensado preparar de cara al tiempo de alabanza y adoración. Debemos ser conscientes que la alabanza forma parte del culto a nuestro Señor y que como tal debe ser guiado por Él para su gloria, y que nosotros somos simples instrumentos a su cargo. Partiendo de esta base, ahí van algunos consejos a la hora de escoger los cánticos.

·       Debemos pensar en todos los miembros de la congregación por edades (mayores, jóvenes e incluso niños). Hay muchas canciones que es posible que gusten más a jóvenes que a mayores,… los himnos especialmente son muy queridos por nuestros mayores, porque la mayoría de ellos formaron parte de su juventud… y si nos fijamos atentamente en sus maravillosas letras llenas de promesas, completamente bíblicas, etc. Entendemos porque los aman tanto… y quizás a nuestros jóvenes les gusten más los temas actuales de los muchos grupos que están surgiendo… pero es impresionante versionar himnos clásicos con música actualizada, tanto jóvenes como mayores disfrutan alabando unos por las letras que les llevan a su alabanza cuando eran jóvenes, como a los jóvenes por su música revonada.

·       El primer cántico de la alabanza debe ser muy bien conocido por la congragación para potenciar el que todo el mundo pueda cantarlo. 

·     Se debería tener en cuenta un pequeño guion de lo que quieres transmitir a la congregación para que los cánticos tengan relación entre ellos.

·       A la hora de entrelazar cánticos (técnicamente) se debe tener en cuenta las tonalidades ( pueden ser del mismo tono, la siguiente que sea 1/2 o 1 tono más arriba o que empiece en la 4ta o 5ta sería también de ayuda). También se pueden hacer arreglos entre los temas para darles continuidad en la alabanza y que el hilo entre canción y canción no se pare.

·       Para dar énfasis a la predicación, el postludio podría estar relacionado con la misma y así poder acabar la celebración con una canción que te ayudará a pensar en lo que se ha expuesto  durante toda la semana. También el postludio podría ser instrumental para así que los hermanos pudieran dedicar el tiempo a meditar en lo que el Señor les ha querido decir al finalizar la predicación o incluso ayudarlos a orar para que así también tengan un tiempo de intimidad con el Señor.

·       En cuanto a los nuevos temas, es posible que la mejor manera de introducirlos sean mediante preludios y postludios además de algún interludio. Esto ayudará a la congragación a ir aprendiéndolos paulatinamente, y una vez que se han hecho 2 o 3 veces, introducirlos en el tiempo de alabanza. También se podría dedicar un tiempo en la alabanza o en el preludio a enseñar algún tema nuevo, o parte de él como el coro, para así hacer que partícipe a la congregación en la enseñanza del mismo.

 

 

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